ACUÉSTATE CON EL ESTÓMAGO VACÍO

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Para evitar enfermedades como el asma infantil, el síndrome de apnea del sueño, el infarto de miocardio o los ataques al corazón, basta con acostumbrarse a dormir con el estómago vacío. Evitar comer o beber cuatro o cinco horas antes de ir a la cama.

La razón de que mucha gente se muera al amanecer, de un paro cardíaco o de un infarto al miocardio, es de hecho un reflujo ácido que se da como resultado de comer y dormir tarde por la noche y que conduce al cierre del tracto respiratorio, una respiración irregular, una disminución del nivel de oxígeno en la sangre y, finalmente, una falta de oxígeno en el músculo cardíaco.

Este riesgo aumenta si se consume alcohol al comer antes de dormir porque, cuando uno bebe alcohol, el centro respiratorio se reprime, disminuyendo aún más el nivel de oxígeno en la sangre.

Más aún, hay gente que le da leche caliente a sus hijos antes de acostarse por la creencia de que los ayuda a dormir bien, lo cual es una mala idea. Aunque los niños cenen a las seis de la tarde, todavía tendrán comida en el estómago cuando se vayan a dormir, ya que se duermen más temprano que los adultos. Si además los haces beber leche será más fácil que tengan reflujo. Como resultado la respiración se vuelve irregular, en ocasiones incluso se interrumpe por un momento y cuando el niño respira profundamente, inhala leche, lo cual puede provocar una alergia. De hecho, creo que ésta es una de las causas del asma infantil.

Si a pesar de todo no puedes evitar los ataques de hambre por la noche, la mejor opción es comer una fruta fresca, llena de enzimas, alrededor de una hora antes de irse a la cama. Las enzimas de las frutas son muy digeribles y se desplazan del estómago al intestino en un lapso de 30 a 40 minutos.

Por lo tanto, no te tienes que preocupar del reflujo posterior a que te acuestes, siempre que lo hagas una hora después de haberte comido la fruta.

Hiromi Shinya en  La Encima Prodigiosa

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